Introducción:
Tal y como ya había mencionado en anteriores entregas, el poder de los símbolos en el discurso
político es de suma importancia cuando de comunicación efectiva se refiere. Y ¿cuál ha sido el mensaje
que Andrés Manuel ha transmitido -casi- desde el inicio de su carrera política?
Aunque la respuesta a esta interrogante podría ser variopinta, en estas líneas me centraré en su
obsesión por el fortalecimiento del Estado, mismo que ha sido una de las más grandes metas del
mandatario federal. Sobre todo, partiendo de su exacerbado nacionalismo.
Y es que, un factor fundamental que permite al Estado ser aceptado como representante legal de
la sociedad, es la ideología política del nacionalismo, que se deriva de las formas simbólicas e
ideológicas -y que a su vez-, apela a la autenticidad de la nación. Así, esta ideología política abanderada
por AMLO, se posiciona como la contraparte cultural del “poder neoliberal” de los gobiernos pasados.
Reforma Energética:
Sin embargo, y a propósito de la reforma energética impulsada por el propio AMLO (y encabezada
por Manuel Bartlett), no existe una correspondencia completa de las percepciones ideológicas, los
símbolos y las prácticas que definen la comunidad política imaginaria con el discurso tal y como lo
articula el Estado.
Por lo que la discusión sobre esta, va perdiendo terreno mediáticamente hablando, en la arena
política el presidente se sigue jugando todas sus cartas; aunque penosamente los argumentos vertidos
son contundentes para su rechazo, básicamente por partir desde un nacionalismo y su consiguiente
robustecimiento del Estado.
Fundamentos Simbólicos:
Pero para entender lo anterior, debemos partir de que los fundamentos ideológicos y simbólicos
del nacionalismo profesado por el presidente establecen una relación simbiótica entre la concepción
del territorio con el mito sobre su origen.
Entendiendo la historicidad, no sólo como un recuento de lo que sucedió en el pasado, sino como
su interpretación en la que ciertos hechos y actores sociales toman relevancia; luego entonces, cabe
destacar que la capacidad para crear y mantener un sistema de referencia homogéneo.
Y para reforzar esta idea, nada mejor que el llamado de Bartlett cuando instó a los trabajadores a
hacer una campaña para defender la reforma eléctrica, “hay que informar a la población. Defiendan
su casa, expliquen, no permitan que desaparezca (CFE). Vamos a defender todos juntos a la empresa
nacional, que es la joya del país y que México necesita para su desarrollo”.
Conclusión:
Finalmente, es preciso decir que el nacionalismo promulgado por Andrés Manuel, en su condición
como integrador social en México, puede contribuir de manera positiva a la creación de formas
democráticas de gobierno; no obstante, y de manera contradictoria, han polarizado, de facto, la
opinión pública…